La comoditización del mercado
El mercado tiende a la comoditización: muchos venden los mismos productos, distribuyen los mismos servicios e incluso ofrecen similares materias primas. Ante este escenario, las empresas buscan destacar a través del servicio. Sin embargo, afirmar que “tenemos el mejor servicio” sin pruebas objetivas no basta. El verdadero reto es demostrar con hechos y métricas que ese servicio sí constituye un valor diferencial.
Preventa: la velocidad importa
Para lograrlo, lo primero es entender que el servicio debe medirse en cada etapa del proceso de venta. En la preventa, la velocidad en la entrega de cotizaciones puede marcar la diferencia. Una compañía que responde en tiempo real frente a competidores que tardan días tiene un argumento sólido para comunicar. Esa ventaja operativa no solo mejora la percepción del cliente, sino que también aumenta la probabilidad de cerrar negocios.
Venta: eliminar fricciones
En la etapa de venta, un servicio diferencial se refleja en la facilidad del proceso de compra. Los bancos que redujeron trámites para otorgar créditos digitales son un ejemplo: lo que antes implicaba días de espera, hoy puede resolverse en minutos. En este punto, el diferencial no es un eslogan, sino la capacidad de eliminar fricciones y brindar una experiencia fluida.
Postventa: la prueba más dura
La postventa es quizás la fase más sensible. Un cliente que ya adquirió un producto o servicio espera canales de atención ágiles y efectivos. No basta con tener un call center o un chatbot; lo que realmente genera diferenciación es garantizar que la resolución sea más rápida y eficiente que la de la competencia. Si el mercado responde en dos horas, hacerlo en una constituye una ventaja competitiva clara.
Estrategia de comunicación constante
En conclusión, un buen servicio no es solo prometer disponibilidad, sino demostrar con procesos, indicadores y comparaciones frente al mercado que la compañía sí ofrece algo diferente. Cuando ese diferencial se vuelve tangible y constante, la empresa no solo mejora su reputación, sino que construye una ventaja sostenible que puede comunicar con orgullo en su estrategia de marketing.

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